Jidoka: el tacto humano

Automatización al servicio de la persona

La evolución en el papel de las personas, en paralelo a la escala JIDOKA, es una de las claves para el éxito de la Estrategia Lean. Sin embargo, a menudo las organizaciones parecen estar recorriendo precisamente el camino inverso, apostando por automatizaciones que parecen perseguir como único fin la sustitución de la persona por la máquina o el empleo de personas con menos competencias y con un menor coste salarial.

Se encuentran entonces con el dilema de qué hacer con las personas tras la automatización, personas que a menudo se encuentran sobrecualificadas y suponen un elevado coste con relación a la contribución a la aportación de valor que desgraciadamente un enfoque erróneo les ha deparado.

Asimismo, este camino erróneamente trazado se agota rápidamente y no permite que las organizaciones desarrollen el “músculo” necesario para adaptarse continua y rápidamente a las cambiantes necesidades de generación de valor. Este “músculo” se fortalece naturalmente mediante el desarrollo y crecimiento de las personas.

Apuesta por las personas

Por tanto, el recorrido como decíamos debe ser justamente el inverso. Una automatización con enfoque en la creación de valor solo puede aplicarse acompasando un desarrollo en JIDOKA con un adecuado desarrollo de las personas. Este desarrollo sólo puede producirse a través de la práctica del KAIZEN. La conclusión bajo esta óptica es evidente. Para un mayor nivel de JIDOKA, debe redoblarse la apuesta por las personas. El único activo que puede desarrollarse sin límite son las personas.